El aprendizaje sostenible es un nuevo enfoque que busca generar un aprendizaje perdurable como ética del cuidado y objetivo equipar a los profesores y estudiantes con la capacidad de transformarse a sí mismos y a los demás a través de prácticas inclusivas eficaces tales como la Convención sobre derechos del niño, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, con la finalidad de garantizar el acceso a educación bajo los principios de equidad, relevancia y sostenibilidad.
Según Van den Branden (2012) la educación en el siglo XXI puede ser sostenible, y su propuesta se ajusta a los objetivos del desarrollo sostenible, ya que en la educación:
- No se debe desperdiciar ningún talento:
- Se debe renovar la energía para el aprendizaje
- Se debe abordar necesidades cruciales
En tal virtud, las autoras Graham, Berman, & Bellert (2015), investigadoras del enfoque del aprendizaje sostenible, consideran que la enseñanza debe responder a tres condiciones para que los estudiantes aprendan:
La primera se refiere a la calidad y accesibilidad
La segunda se refiere a las habilidades que tiene el docente para implementar estrategias
La tercera se refiere a la capacidad de los estudiantes para dominar información e incorporar nuevos conocimientos.
De esta manera se establece que el aprendizaje sostenible tiene tres dimensiones, las cuales están interconectadas:
- Aprendizaje para todos
- Enseñanza significativa
- Aprendizaje perdurable
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